Mientras persigo tu rastro es un libro ilustrado que empezó siendo un conjunto de relatos que comencé a escribir el año pasado, poco antes de que comenzara la cuarentena. En vez de llegar tarde a clase, decidí bajarme en la 26 y visitar el cementerio central. Nací en Bogotá y no lo conocía. Varios cuentos aparecieron en ese cementerio, pero con el pasar de los días, con el encierro y con el aumento de los asesinatos a líderes sociales, empezó a crecer el número de historias, empezaron a aparecer vivos y muertos de otras partes, de otros cementerios que también he visitado, porque los cementerios, como las iglesias, dan cuenta de la historia que le tocó vivir al pueblo en el que están. Estoy convencida de que debemos mirar a los ojos a la muerte, reconciliarnos con ella, incluso abrazarla, recordar nuestros muertos y sobre todo, nombrarlos. Sólo así empezaremos a sanar como sociedad. Este es mi homenaje para ellos, para los muertos sin nombre que se pierden en el olvido.